Mona Lisa Acelerada

viernes, marzo 31, 2006

Secuestro virtual

Suena el teléfono. «Estamos llamando desde el Servicio Penitenciario Nacional por un tema vinculado a un familiar. Esta es una llamada de cobro revertido. Si acepta la llamada marque 1. Si no acepta la llamada marque 3». Apretás el 1 sin pensarlo mucho, o mejor, formulándote decenas de preguntas en un segundo. La cosa suena rara. Como la voz del tipo que aparece del otro lado del tubo. «Tenemos un asunto que comunicarle sobre un familiar suyo. Espere que le paso con mi superior», dice. ¡Glup! A esa altura estás más despistada que un jugador de fútbol en una biblioteca. Otra voz, muy segura, dice «Tranquilícese, sientése, tóme un vaso de agua».Preguntás quién habla y nada. «Tenemos que comunicarle que un familiar suyo ha sido secuestrado» ¿Quién?, preguntás mientras se te pasa el álbum familiar por la cabeza. Muy tranquilo el tipo se manda una estupidez: «No puedo decirle porque es secreto de sumario». Definitivamente, algo está mal. Insistís en su identidad y nada. Dice: «¿Tiene un locutorio cerca?» Le preguntás si te está cargando. «¿Va a colaborar o no?», pronuncia despacio. ¿Colaborar con qué?, preguntás. «Para salvar a su familiar», contesta más despacio. El tipo evade todas las preguntas directas y vuelve con el locutorio y la colaboración. La voz imposta mal: «Está hablando con los secuestradores». Hacés un par de chistes que no le caen bien. «Somos una banda mixta», dice. Hacés más chistes y se le agrava la voz. Retoma el estribillo del locutorio. Le decís que no a todo. «Ya va a prender velas con Blumberg», contesta molesto y cuelga. Te quedás al lado del teléfono inquieta. Y encima con una llamada de larga distancia en tu cuenta.

Viernes 31/03/2006 18 hs.

La realidad supera la ficción.

viernes, marzo 24, 2006

24 de marzo 1976 - 24 de marzo 2006

Masa

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: "¡No mueras; te amo tanto!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:
"¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: "¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!"

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: "¡Quédate, hermano!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado:
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...

César Vallejo

lunes, marzo 06, 2006

Vendimia 2006. ¿Tierra mágica?

Su ambición era hacer un acto central de la Fiesta de la Vendimia, pero brindando un espectáculo distinto, nuevo, contra el canon impuesto durante la década de los 90 por Pedro Marabini y sus cómodos seguidores. Pero Walter Neira cumplió a medias. El director de Tierra mágica no logró superar la antinomia originalidad vs. tradición. Respetado por sus puestas innovadoras, el creador del elenco Viceversa, ofreció dos espectáculos: hasta la mitad del show cumplió con su propósito inicial permitiéndose interesantes mensajes visuales/ viscerales a la manera del teatro de Thadeus Kantor y arrancando aplausos espontáneos del público "tocado" por la fuerza de las imágenes y de la música. Pero después de una confusa escena en la que la cultura del campo se impone sobre la de la ciudad, sin mediación ni intertextualidad, cayó en los consabidos clichés que tanto ha criticado: una seguidilla de bailes folclóricos masivos, monótonos, que intentaron mostrar las distintas regiones del país. Políticamente correcto, al mejor estilo de su peor enemigo, Neira concedió mal, fácil, inmensamente aburrido. En este punto, el guión argumental se había perdido inexorablemente entre los ritmos tradicionales y la pésima ejecución de los bailarines. Por fortuna, nos ahorró el cuadro canónico de los inmigrantes. Hacia el final, el director resolvió de manera práctica pero con una inteligencia previsible la también esperable escena latinoamericana con un cierre excepcionalmente largo al ritmo, hay que destacarlo, de la excelente versión rockera de la Canción de la Vendimia, arreglada por Sergio Embrioni. Más allá de la inútil y visualmente molesta paráfrasis circense de la fiesta que se representó en el centro del escenario a lo largo de todo el espectáculo, de la confusa utilización del enorme escenario y de la pésima performance de los bailarines pese a la interesante coreografía Tierra mágica resultó una muestra de dos discursos en pugna. Dos fiestas en una, dos estéticas opuestas, dos políticas enredadas.

Tal vez Tierra mágica sea el embrión de una renovación que la Fiesta de la Vendimia pide, exige, desde hace años. Tal vez Tierra mágica quede en la historia como el punto de clivaje de lo que puede empezar a ser. La fiesta de Neira puede ser leída como una transición: Mendoza pretende, desde las políticas gubernamentales, dejar de ser una ciudad chica para convertirse en una ciudad grande. Pero, en la práctica, sigue siendo un pueblo grande. Si vamos a seguir haciendo fiestas "vendidas a todo el mundo", con variada prensa nacional e internacional como testigo, estos dancing más o menos folclóricos en el Frank Romero Day no impresionan a nadie. En los 70 las fiestas de Abelardo Vasquez quedaron en la memoria de todos porque no hacía Mendoza: hacía Hollywood. Pensaba en grande, en cine, en music hall. Después vino la cobardía, la dictadura y el canon. La fórmula mágica del conformismo autista, la receta rápida y el aplauso fácil. Si Mendoza, la "octava capital del vino" quiere sostener este lugar a fuerza de calidad y de cultura (y no sólo de marketing turístico ministerial) debe basarlo, justamente, en su cultura. Y la gente que hace cultura debe animarse a más, a pensar en grande, a renovar en grande. Las transiciones no son fáciles, son una aventura. Mariana Juri, ministra de Turismo y Cultura, y su equipo, deberían combinar mejor el paisaje y el rafting con la cultura que la Mendoza, hija de los terremotos y el vino real, tiene para ofrecer.