Mendo Rock
Recién llego de la segunda noche del Mendo Rock. Una fiesta local de puta madre. Cinco mil personas de todas las edades (leáse adolescentes, padres -de los adolescentes-), familias con niños chiquitos y bebés (leáse, la generación intermedia) y hasta abuelos/as que siguen bailando, curiosos, al ritmo del rocanrol y haciéndole el aguante, de lejos y discretos a sus nietitos rasta, metálicos y/o rollingos de lengua y corazón. Todos juntos en el Gabriela Mistral. Todos por lo mismo. Después de los estupendos toques de Parió la choca y de Chancho va (somos unos animales, parece), Tito Dávila además, de música, bajó línea: "El rock es una cuestión de actitud". Los niños (léase, adolescentes con brújula errante) lo escucharon con devoción. Silencio de misa. No sabían quién era ni qué pasaba, pero abrieron su cabeza. Idem con los Alcohol Etílico que eran como dibujos en el escenario hasta que pelaron la historia del rock mendocino y se llevaron la mejor parte con su magnífico final: una montonera de músicos haciendo "borracho y loco" donde faltaba Sergio Embrioni, que valla y seguridad privada mediante, miraba todo por la pantalla de tevé. Una mierda. El sabor amargo de una noche de luxe. Para cuando tocaron Los Tipitos, que quemaron sus hits más rápido que sus tiros, en el Mistral ya quedaba poca gente. No interesaron.
4 Comments:
El rock es cuentión de actitud... y sí, puede ser. No concibo mi cultura, mi manera de pensar sin el rock. Tomar decisiones importantes de la vida apoyándome en un tema de Spinetta, o acompañar mi felicidad con Charly. Los Alcohol Etílico junto con mis coterráneos Raivan Pérez, me enseñaron que por estas tierras también se podía (aunque yo no haya podido después, no importa). Aunque los porteños hagan "brujería", aquí tenemos algo qué decir.
By Hernán Schillagi, at enero 16, 2006 7:55 p. m.
Te felicito por tu nuevo blog y espero que esta acelerada sonrisa de mona lisa (Julia Roberts, go home!) me muestre siempre los dientes.
By Hernán Schillagi, at enero 16, 2006 7:57 p. m.
PATRI:
He aquí los efluvios del Zapping por tanto tiempo extrañados. Qué bueno que el Mendo Rock sirva para ganarse el pan como periodista y para probar que tu poesía de cronista no está caduca. Ahora espero que este homenaje a William Gibson (por el nombre del blog, digo), espero no haga de la existencia de la bitácora una mera fantasía de ciencia ficción.
By Fernando G. Toledo, at enero 17, 2006 7:01 p. m.
Estimados todos y cada uno. Gracias por sus intervenciones.
Hernán. Como vos no concibo mi vida sin el rock. Sin esa música que te atraviesa al mismo tiempo la cabeza y el estómago. Es más, no puedo vivir sin buena música. Llamémosle clásicos.
Fer. Que yo sea "fantástica", en todo el sentido de la palabra, no quiere decir que este blog vaya a ser una fantasía. Te espero al final de la novela de W.G. Y antes también.
Sergio. El rock es movimiento. Están las bandas viejas, las buenas y las nuevas. Sólo los buenas, tesón y actitud mediante, se van convirtiendo en viejas. Atenti, cuando digo "viejas" intento acercarme a un concepto de calidad músico-vocal-lírico con el que no necesariamente tengo que coincidir pero sí, al menos, reconocer. La de loa periodistas del rock da para toda una discusíón, debate, aparte. Coincido con tus ideas acerca del público, las estrellas, los aburrimientos y las moscas en la sopa (cf. "Tango Rock" de una poeta mendocina). Pero, si bailás "hasta caer" con Mateos y Toledo (a quien nunca he visto bailar, por cierto), estás perdido.
Paula. Tu ignorancia es evidente. No hace falta que la describas. Tranquila. Gibson y Dick pueden sobrevivir perfectamente sin encontrarte jamás.
By Patricia Rodón, at enero 23, 2006 2:31 a. m.
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