Mona Lisa Acelerada

sábado, febrero 18, 2006

Librería de usados

No los quiere vender. Los tenía ordenados, juntos y apenas si llenaban dos estantes. Los lomos ajados, las tapas despegadas, como todo libro bien leído, barato y con mala encuadernación. Las páginas tenían ese amarillo que no son la idea de un color sino un registro de tiempo. Había ceniza de faso entre la página 96 y la 97 en uno y la huella de una bebida blanca en el otro. Eran El hombre demolido de Alfred Bester y Hacedor de estrellas de Olaf Stapledon, en sus gloriosas ediciones de Minotauro del 60. Nadie los había abierto en los últimos diez años. En la primera página, con lápiz, se indicaba el precio: 2$. "¿Cuánto cuestan?", le pregunté al dependiente. Tomó a Bester de los hombros, miró el número, dudó, fue a la Caja desde donde el dueño me miraba sin pestañear. "5$", fue la respuesta. El tipo se vino al humo: "5 cada uno". "7 por los dos", le arrojé sobre la berretada de saldos. "No", me dijo apuntándome. "Si no te los compro yo no te los compra nadie", le disparé. Hice un chiste. El tipo me ametralló. Le mandé un misil. No escuché la explosión. El tampoco.

4 Comments:

  • Lo peor que puede pasar en las librerías de viejo es demostrar interés por un libro. Se vuelven unos mercenarios sin alma, saben que uno pagaría el doble y que nos duele ver los libros ahí, huerfanos de lectura y de caricias. Patri, yo te presto los 3 pesos que querías regatear. Esa colección de Minotauro es una joya invaluable (tengo "La Naranja Mecánica" y "Crónicas Marcianas").
    Yo que vos hubiera sacado un látigo a lo "Indiana Jones" y atrapaba los libros cual batracio con la lengua y me los engullía.
    La dulce "implosión" sólo la habría escuchado tu cuerpo..

    By Blogger Hernán Schillagi, at febrero 20, 2006 1:22 p. m.  

  • Para mí gran parte el encanto de comprar libros usados es regatear un poco y, supongo que esto lo compartimos, llevarme la mayor cantidad de libros con la menor cantidad de dinero posible. Jamás muestro interés, apenas una curiosidad distraída y mi soberbia habitual. Suelo salirme con la mía, pero en este caso algo me delató. La situación fue tan rápida y el tono tan mordaz, que el amigo que me acompañaba sólo cuando salimos me preguntó qué había pasado. Gracias por tu generoso préstamo. Tengo los dos títulos pero en la edición de Hyspamérica (la de las tapas azules y plateadas) de los 80. Ya voy a volver en invierno y teñida de rubio a por las Minotauro que, descarto, van a seguir estando allí. A $2.

    By Blogger Patricia Rodón, at febrero 21, 2006 1:47 a. m.  

  • Lo que me atrae de los usados es el misterio. ¿Por qué los vendieron? ¿Quién los leyó? ¿Qué ojos, qué manos tocaron sus páginas?, recuerdo cuando me encontró un libro de Norah Lange, “Cuadernos de infancia”, en una librería de Corrientes. Lo abrí y escrito con tinta azul decía: “Te espero en el ágape” Abajo la fecha: 26 de abril de 1956. Mi hija nació un 26 de abril, 32 años después y yo nací en el 56...

    Besos y magia.

    By Anonymous Anónimo, at febrero 23, 2006 11:44 a. m.  

  • Qué maravilla regatear!!! Cómo me gustaría poder hacerlo, pero soy tan mendocinito, tan qué verguenza, que no, no puedo.

    By Anonymous Anónimo, at febrero 25, 2006 12:53 p. m.  

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