Elogio de la tinta china

Escribió hanyi y kana y habló de amor. Dibujó sinogramas y haikus que tenían el mar en una gota de lluvia. Ardió en papel de arroz y en los nombres de sus dioses y de sus muertos. Dudó y fue celebrada y castigada cuando se tiñó con alcohol o con sangre. Los chinos quieren que se la declare patrimonio universal, junto al papel, el pincel de calígrafo y el tintero de piedra. Yo, que llevo dos lunares de tinta entre los dedos, rubrico con pluma de hueso su pedido. Y propongo que también sean declarados "patrimonio intangible":

- la rosa de los vientos.
- los señaladores.
- los lápices de carpintero.
- las lupas para mirar estampillas.
- los trópicos y los meridianos.
- las piezas del ajedrez.
- los bancos de las plazas.
- los sacacorchos.
- las púas de los tocadiscos.
- el papel de calcar.
- la tabla periódica.

¿Y ustedes?