Por Edmundo Dantés
Lo que más bronca me da entre tanto Cristo (los navideños en todo su registro económico, social y político, incluidas las oportunas apariciones en Palmira) es un e-correo que acabo de recibir. Alfaguara anuncia el lanzamiento del libro del guión de Montecristo. "El libro original de la serie televisiva protagonizada por Pablo Echarri y Paola Krum, llega en enero a todas las librerías". ¡Pero la puta que los parió! ¡Basta de robar! Y encima, robar tan burdamente, a lo argentino. Más allá de los méritos o deméritos que tenga la telenovela en sí misma, no tiene absolutamente NADA que ver con la novela de Alejandro Dumas. ¡Los guionistas sólo tomaron una parte del título! Podrían haber usado cualquier otro apellido literario, Karamazov, Bovary o Sandokan que, para los fines televisivos, hubiera sido exactamente lo mismo. Si Dumas viviera les habría clavado un juicio de aquellos o les habría propuesto una sociedad anónima y dividir las ganancias. Lo que me exaspera es que muy pocos de los miles de televidentes "avisados" del supuesto y publicitado parentesco literario hayan tenido la curiosidad de leer El conde de Montecristo, ese gran clásico de la literatura universal. Lo que me irrita profundamente es que entre esos televidentes fieles abunden los periodistas que en su vida leyeron a Dumas y encima se traguen la publicidad y, por si esto fuera poco, tengan la caradurez de discutir y sostener que la telenovela es una "adaptación" del drama de Edmundo Dantés. Y lo que me enoja hasta la médula es que una editorial como Alfaguara edite "el guión" de una telenovela y no reedite, en alguna de sus excelentes traducciones, la novela de Dumas. Este tráfico me da asco.