Mona Lisa Acelerada

viernes, junio 02, 2006

22 tipos y una pelota

Es inevitable. Como el frío en invierno, la torpeza de los debutantes y la mala leche de los empresarios. Se viene otro Mundial y mientras la mayoría de la población del planeta Tierra se resigna a pasar una mala época (las mujeres tenemos una antigua experiencia en esto, casi como cinco mil años), la minoría se prepara para seguir jugando al gran juego de las nacionalidades, las guerras estúpidas y el atontamiento masivo (los hombres también tienen una gran historia al respecto. Las secuelas están a la vista). Cualquier consigna los deja bien a la hora de zafar de sí mismos: sea religiosa, patriótica o deportiva. Cualquier puesta en práctica de violencia colectiva, real o imaginaria, les sirve. Antes fueron las Cruzadas, las invasiones, colonizaciones y procesos de evangelización, las guerras mundiales y/o parciales. Un montón de banderas quemadas detrás de grandes negocios. Pero parece que los chicos no se enteran. La propaganda (leáse Inquisición, El Dorado o el peligro amarillo/ ruso/ islámico) completa su dudoso círculo de efecto en la testosterona, una prohormona, "que permite desarrollar los músculos del hombre con muy poco esfuerzo". Para variar, de pensar, ni hablemos.